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Mostrando entradas de abril, 2014

LA ACENTUACIÓN DE SOLO

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Antes la palabra solo, tanto en su función adjetiva (Estoy solo) como en la de sustantivo (un solo de guitarra), no llevaba nunca tilde, pero sí la llevaba por costumbre en su función adverbial hasta las reglas académicas de acentuación de 1952. En las normas ortográficas académicas de 1959 se suprimía la tilde del adverbio y se añadía que podía llevarla si con ello se evitaba una ambigüedad. En el Esbozo de una nueva gramática de la lengua española (1973), pasó a ser opcional y únicamente obligatoria en casos de ambigüedad. En la Ortografía de 1999 se decía que el adverbio solo no debía llevar tilde nunca, excepto si quien escribía percibía riesgo de ambigüedad; en cuyo caso, la tilde era obligada. En el dpd se elimina la alusión a la percepción del que escribe y se dice de forma tajante que únicamente en casos de ambigüedad el adverbio solo lleva tilde. Ejemplos con ambigüedad: Resolví solo (‘sin ayuda’) dos problemas./Resolví sólo (‘solamente’) dos probl

Los números cardinales superiores a treinta

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Antes lo normativo era escribir en una palabra los cardinales compuestos hasta el veintinueve incluido (dieciséis, veintidós), y el resto en tres palabras: treinta y nueve, cuarenta y dos, etc. Ahora con la Ortografía de 2010 por primera vez se admite la escritura, aunque aún es minoritaria, en una sola palabra de los cardinales superiores a treinta en las decenas, al pronunciarse átono el primer componente. Ejemplos: treintaicuatro · setentaicinco · noventaiocho No se ha tenido en cuenta este criterio en los múltiplos de mil, que se siguen escribiendo en dos palabras: tres mil, ocho mil, etc.